domingo, 18 de septiembre de 2016

Wedding Day

Me gustan las Bodas. Hasta ahora me lo he pasado muy bien en todas las que he asistido y evidentemente unas han estado mejor, y otras un poco menos. En esta en particular tuve bastante protagonismo, pues me tocó hacer el traje de la novia, el de sus hijas y los detalles que repartía que eran en realidad mi regalo por el enlace.
Vamos por orden. Es el segundo matrimonio de la novia, así que el vestido era bastante sencillo, pero sobretodo cómodo para charlar y bailar, pues lo único que quería era divertirse y que los invitados los pasáramos lo mejor posible. 
La base era un vestido palabra de honor de crep de raso color vainilla, entallado a la figura, pero con algo de vuelo en el bajo. Ella quería ir de estilo bohemio o hippy-chic, así que para completarlo, encontramos un lino bordado con pequeñas flores que se unía al vestido y formaba las mangas. Para darle un tono de color, completamos el look con un fajín de crep de seda verde musgo, con el que entallamos la cintura. Puesto que no llevaba velo, chal, ni adornos de ningún tipo, y solo el ramo de flores silvestres, le hice una cartera de mano con las telas del vestido y una entretela muy rígida, para poder llevar el móvil, la documentación y el tabaco. El resultado fue lo que esperaba, cómodo, ligero y fácil de abrochar, ideal para disfrutar con los pocos invitados en un ambiente muy informal. En una de las fotos puede verse la original tarta titulada atardecer, y formada por bizcocho de zanahorias con crema de cítricos. ¡Exquisita!
También realicé los vestidos de sus hijas. Para la mayor, ya adolescente, ella escogió el color y nosotras la tela, un crep de raso azul eléctrico muy alegre, con el que le confeccioné un vestido sencillo, entallado a la cintura y con tablas para dar algo de vuelo a la falda. Para que no resultara tan monótono, escogimos un raso azul celeste y le hice un fajín donde bordé una mariposa con abalorios y lentejuelas que le daba un aspecto más adulto. Como ya está en edad de lucirse, completé el look con un bolso hecho con las tapas de un libro. Lo forré con las telas del vestido, le borde un detalle por delante, y coloqué en el interior un papel muy chic y brillante. Su primer bolso y con el tamaño justo para llevar la cartera y el móvil, básico para cualquier adolescente actualmente.
Su hermana pequeña llevó un vestido muy sencillo, con el mismo patronaje, pero en rosa, no podía ser de otra manera a su edad. La tela es fucsia con lunarcitos rosa claro, y la adornamos con un ribete al bies en sisas y escote, a juego con el cinto que se ataba en la espalda con un lazo. Bajo la falda, le hicimos un can-can de tul rosa, no excesivamente voluminoso, no queríamos que pareciera un pastelito. Llevó un bolsito de la misma tela, en forma de saquito, porque se encargaba de las alianzas durante la ceremonia en el Ayuntamiento.
Por último, los detalles que repartieron los novios para agradecer la asistencia. Preparé unos portavelas pintando unos vasos de cortado con lunares en tonos verde y tierra, acorde con los colores del vestido de novia. Con un retal de lino beige tostado a rayas blancas, confeccioné unas bolsitas en forma de cartucho, al que pegué en el fondo un cuadradito de corcho blanco, para que los vasos tuvieran una base donde apoyarse. Como asa de la bolsa, utilicé un alambre pintado de dorado, e inserté antes la tarjeta con sus nombres y la fecha, que están hechas en cartulina con un papel verde de lunares, en el que estampé un bonito mandala con un sello. Para poder trasladar todas las bolsas, forré con un retal de cortina una caja de cartón de las de fruta, a la que añadí los nombres de los novios, hechas con las letras cortadas con una reciente adquisición, la Alphabet Punch Board que llegó a tiempo desde mitiendadearte.com ¡Me encantó la maquinita!
En resumen, la novia encantada y todos disfrutamos del día.

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