La joya de la corona de las Colchas, y no por ser más bonita, más grande, o más original... sino por lo que me costó hacerla. Cuando empecé a recortar cuadrados y a unir en tiras, nunca pensé que tardaría tanto en cubrir una cama de 1,50; y desde luego que ¡he descartado por completo la idea de hacer patchwork con retales pequeñitos! Comenzó como una ilusión y acabé agotada, porque ya no podía con el peso para coserla en la máquina y plancharla; pero por narices tenía que terminarla. No creo que vuelva a hacer otra... bueno, a lo mejor con cuadrados más grandes... ¡uf!... lo pensaré. Mientras, ésta descansa en la cama de unos amigos de Las Palmas, mi segunda casa.
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